Ventajas de sentarse ergonómicamente

A rasgos generales, las sillas más ergonómicas te ayudan a mantener una postura erguida sin forzar la retroversión y anteversión de la cadera. Retroversión para cuando echamos la espalda hacia atrás y se nos arquea la espalda y anteversión para cuando nos echamos hacia adelante (compensando la anterior postura) y se nos arquea de nuevo la espalda al lado contrario.

En este post describo las partes y factores del cuerpo que se ven más afectados al sentarte, y qué postura es la más correcta al sentarse para cada parte de nuestro cuerpo.

Tener la planta del pie completamente apoyada en el suelo es algo que muchos obviamos cuando compramos una silla. No sé a vosotros, pero en mi caso, cuando era pequeña y mis padres me compraban una silla, los pies se me quedaban al aire.

Luego, como soy cortita de piernas, si quería apoyar bien mi espalda en el respaldo, la trasera de las rodillas se me quedaba pegada al borde del asiento. Y para que circule la sangre mejor en nuestras piernas, lo ideal sería dejar un hueco de entre 2,5 a 5 cm debajo de las rodillas. Los modelos más ergonomicos te permiten controlar la profundidad del asiento para que esto no ocurra. Es un mecanismo colocado debajo de la base llamado «slider» del inglés, control de deslizamiento.

Para evitar dolores de espalda o típicamente, de lumbares, es importante que tu silla tenga algún mecanismo accesorio o forma que te recoja la espalda:

Por ejemplo, las sillas de oficina traen incorporado un soporte lumbar para que la forma de la espalda descanse de forma más natural. Este soporte se regula en altura, puedes colocarlo más arriba o abajo según donde encaje tu zona lumbar, y se regula en tensión, pudiendo empujarlo más hacia dentro, según si tu espalda tiene más o menos curva.

Existen otros modelos más minimalistas sin estos ajustes pero que aún así tienen la forma curvada en la zona lumbar y el respaldo es la pieza que se ajusta en altura para encajar las lumbares a tu medida. Este diseño se suele ver con respaldos de malla, un material que tienden a adaptarse con más flexibilidad a la forma del lumbar.

Con las sillas gaming ocurre parecido. Al igual que las sillas de oficina, tienen un soporte lumbar solo que éste es un cojín que, normalmente se puede regular en altura a través de unas tiras de velcro que te permiten moverlo por todo el respaldo. En cuanto ajuste en tensión, no existe un mecanismo como tal, así que, depende de la espuma del almuhadón. En los modelos más caros suelen ser de microfibra, el material que mejor se amolda a tu forma sin dejar partes holgadas.

Las sillas de rodillas son muy diferentes. Directamente no suelen traer respaldo, así que la espalda se queda al aire al completo. Lo curioso de estas sillas es que por la forma de sentarte en ellas no sientes que necesites respaldo. El beneficio está en que sin esforzarte, tu espalda, tus hombros y tu cuello se alinean. Al parecer, esto ocurre porque el pompis se queda inclinado y el peso del cuerpo recae sobre las rodillas dejando que la posición de la espalda sea totalmente recta. La posición no nos permitiría sentirnos cómodos si echamos la espalda hacia adelante o hacia atrás. En cierto modo, nos obliga a tener la columna erguida, lo cual, para personas que sufran patologías en la zona es la mejor opción.

Hay modelos que incluyen reposacabezas, y éstos ayudan a repostar la cabeza en momentos de descanso, pero no mientras estás trabajando delante de la pantalla porque no sería ergonómico. Si lo hicieras, tendrías la cabeza posicinada levemente hacia arriba con los ojos mirando hacia abajo.

Algunos cabeceros tienen un diseño más «activo» que sin tener que echarte hacia atrás ya te están sujetando la cabeza. En tu postura más erguida mientras trabajas sientes un ligero apoyo. No a todos los usuarios les resulta esto más cómodo, pero en cualquier caso, casi todos los apoyacabezas son desmontables.

Muchas veces cometemos el error de comprarnos una silla con respaldo corto y los hombros se nos quedan descolgados y el resposacabezas, en vez de apoyarse en la nuca está rozando los hombros. O al revés, somos más bajitos y nos quedamos a medio camino del reposacabezas. Esto, por desgracia, es algo recurrente porque no es fácil encontrar en el mercado tanta variedad de medidas para la grand diversidad de cuerpos que hay. De hecho, suele ser típico que algunos padres compren sillas gaming a sus hijos preadolescentes cuando éstas son bastante más grandes para su estatura, aunque entiendo que los niños están siempre creciendo y lo puedan ver como una compra pensada también a futuro. En cualquier caso, buscar sillas para niños es una tarea más complicada.